Plan para Educar en Igualda.


domingo, 13  de Marzo de 2018


Plan para Educar en Igualdad



La coeducación es un término mucho más amplio que el referido a educar conjuntamente a personas de ambos sexos. La coeducación como aquí la entendemos se trata de utilizar la educación como vía de desarrollo de las capacidades de todas las personas y poner fin a los estereotipos que asignamos a alguien por el mero hecho de ser de un sexo o de otro. Tenemos que abrazar la diferencia y educar en valores como la igualdad de trato y de oportunidades, la tolerancia y el respeto. 

Para hacer de la coeducación una herramienta eficaz tenemos que ser conscientes de que no es simplemente tarea del profesorado en las escuelas e institutos, sino que la responsabilidad primera y desde la cuna recae en casa, en el entorno familiar y afectivo; sólo siendo conscientes de esto podremos tener éxito a la hora de criar y educar a las próximas generaciones. Por ello, este plan de igualdad que se aplicará en las aulas tiene que ser complementado con la educación en el hogar.
Cuando una persona nace se espera que se comporte de una determinada manera previamente aprobada por la sociedad, y la presión social influye enormemente en el grado en que conformamos nuestros propios estereotipos.


Las categorizaciones, en lo que a roles de género se refiere, nos ayudan a crear nuestra identidad en la sociedad; es un grave problema cuando las personas son víctimas de lo negativo que supone la cultura de la estereotipación a causa del género.



Los roles de género en la infancia son diferentes para ambos sexos, pero es de esperar que con la concienciación que poco a poco se va apoderando de la sociedad -aunque sea de manera reticente- estas diferencias disminuyan con el tiempo y el progreso, y es que aunque la brecha entre géneros está disminuyendo en la esperanza de alcanzar la igualdad muchos niños y niñas se enfrentan a la discriminación toda su vida debido a los estereotipo. Es nuestro deber educar a la juventud de hoy y contribuir a un mejor mañana.


Pese a afectar a niños y a niñas, los estereotipos son especialmente duros con ellas, a las que se las guía hacia la creencia de que han de ser las encargadas de la vida en el hogar, se las tacha de débiles y sentimentales. Los niños, en cambio, empiezan a notar la presión de que serán los responsables del sustento de sus familias el día de mañana, que han de ser duros y dejarse guiar tan sólo por la razón.

Es necesario y de vital importancia darle a los mensajes que transmitimos a niñas y niños la importancia que se merecen, porque con el tiempo conforman realidades y las transforman, y ya que la sociedad no parece ser consciente de ello nos toca a quienes creemos en la coeducación liderar esta lucha que va de la mano con la igualdad real y efectiva, ya que de otro modo estaríamos fomentando relaciones asimétricas en las que la niña se convertirá en una mujer sumisa y de autoestima frágil, mientras que el niño será un hombre que tenga interiorizado que vale más que la mujer y que le está permitido imponerles su criterio.
 


Si bien los planes de igualdad deberían ser aplicados desde que entramos en el sistema educativo, éste en concreto va dirigido al alumnado de dos cursos: 5º y 6º de educación primaria -esto es, niñas y niños de edades comprendidas entre los 10 y los 12 años-, ya que considero a este grupo de edad lo suficientemente mayor como para entender determinados conceptos sin tener una base previa, pero a la vez lo suficientemente joven como para ser reeducado en la cultura de la igualdad y prevenir futuros comportamientos que se pueden acentuar en la adolescencia relacionados con la sociedad del heteropatriarcado en la que todos hemos crecido. 




Los cursos de 5º y 6º tendrían, por separado, una clase de una hora y media en la que se trataría el tema de la igualdad; preferiblemente sería la última hora y media del viernes, cada semana durante todo el el año escolar, es decir, desde septiembre hasta junio. El hecho de que esta clase tenga lugar durante todo el curso se basa en la importancia que se le da al asunto y en la creencia de que es esencial y necesario para educar a las generaciones futuras y crear una sociedad mejor. 



La metodología estaría basada, mayoritariamente, en las herramientas de la educación no formal -a pesar de tener lugar en la cuna de la educación formal: el colegio- por considerar que es una enseñanza más activa y práctica, no encorsetada, y por tratarse de una clase que no contaría para nota, aunque se tendrían seriamente en cuenta el interés, la implicación y el comportamiento del alumnado a la hora de ser evaluado a final del curso académico. 
  • Tarjetas de conceptos: sería una especie de primera toma de contacto. Se trataría de unas tarjetas con los conceptos básicos y más importantes dentro del tema que tratamos, muy visuales y con definiciones adaptadas a su nivel educativo.
  • Material audiovisual: fotografías, vídeos, gifs, dibujos y demás elementos interactivos que explicasen todo de manera divertida y con ejemplos que calasen más. En una primera fase se les enseñaría material ya elaborado, y en una segunda fase sería el alumnado el que elaborase este tipo de material con lo que va aprendiendo. 
  • Aprender jugando: se trataría de poner en práctica dinámicas grupales en las que se aplicarían los conceptos que se estudian de manera que disfruten a la vez que aprenden, pues es la mejor manera de dejar grabado el conocimiento y normalizarlo.



El objetivo principal sería el de implantar en las aulas la coeducación, es decir, utilizar la educación como vía de desarrollo de las capacidades del alumnado y poner fin a los estereotipos que asignamos a las personas por el mero hecho de ser de un sexo o de otro. Los objetivos secundarios son los siguientes:
  • Plantear la necesidad y la posibilidad de implantar una sociedad alternativa a la patriarcal.
  • Reflexionar sobre la desigualdad entre sexos y sus consecuencias.
  • Reconocer los estereotipos para erradicarlos.
  • Visibilizar los logros de las mujeres en la Historia.
  • Usar un lenguaje no sexista.
  • Terminar con el mito del amor romántico. 



Por encima de todo, para llevar a cabo un plan de igualdad efectivo sería necesario contar con una legislación que lo respaldase, con un sistema educativo basado en la igualdad y con financiación suficiente para formar a los formadores y dotar de recursos a los centros.
Para que el plan sea efectivo se ha de contar con un personal cualificado, es decir, profesionales de la educación que tengan cultura y formación de género, que sepan de lo que hablan, sean conscientes de la importancia vital del tema y que sean convincentes y crean realmente en lo que están transmitiendo al alumnado; con centros de enseñanza implicados que respalden desde el convencimiento un plan de igualdad y que lo inserten en su propio plan de estudios; materiales y herramientas adecuados con los que poder enseñar al alumnado de manera didáctica y efectiva a la par que divertida.



La evaluación tendría lugar de manera continua a través del comportamiento y la implicación del alumnado y de la elaboración de material que lleven a cabo tras interiorizar la teoría. Al final de curso los profesionales encargados de llevar a la realidad el plan presentarían a sus superiores un informe en el que basándose en su trabajo harían un análisis de todo lo acontecido en el año y de si se han logrado los objetivos propuestos, de qué manera, y las mejoras que cabría hacer, así como cualquier tipo de sugerencias o peticiones. 

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